
Ante el dinámico ritmo económico que prevalece en los países con una política comercial abierta como el nuestro, se vuelve prioritaria la formación de profesionistas capaces de comprender y operar el comercio internacional desenvolviéndose correctamente en él y así, el país contar con mano de obra calificada que ayude al desarrollo y asimilación de la globalización desempeñando eficientemente el papel que debamos desenvolver en el contexto mundial.
Esta formación profesional y calificada presenta ciertas aristas de las cuales enuncio aquí algunas importantes y de las cuales sólo la competitividad será abordada en éste artículo. Primero, la desigualdad de oportunidades de nuestra población, principalmente en educación que se reflejan en la tendiente desaparición de la clase media; segundo, a lo que nos obliga una política comercial abierta, es decir, ¿a qué nos enfrentamos?; y tercero la relevancia que no le damos a la competitividad y al mercado interno.
La inmensa discrepancia existente en la distribución de la riqueza, termina por reflejarse en los parámetros de competitividad, en los cuales, nuestro país palidece en comparación a otros miembros de la OCDE por ejemplo, y más aún, ni siquiera sobresalimos realmente frente a países latinoamericanos frente a los cuales en décadas pasadas superábamos fácilmente.
Esta formación profesional y calificada presenta ciertas aristas de las cuales enuncio aquí algunas importantes y de las cuales sólo la competitividad será abordada en éste artículo. Primero, la desigualdad de oportunidades de nuestra población, principalmente en educación que se reflejan en la tendiente desaparición de la clase media; segundo, a lo que nos obliga una política comercial abierta, es decir, ¿a qué nos enfrentamos?; y tercero la relevancia que no le damos a la competitividad y al mercado interno.
La inmensa discrepancia existente en la distribución de la riqueza, termina por reflejarse en los parámetros de competitividad, en los cuales, nuestro país palidece en comparación a otros miembros de la OCDE por ejemplo, y más aún, ni siquiera sobresalimos realmente frente a países latinoamericanos frente a los cuales en décadas pasadas superábamos fácilmente.
Nuestro país cuenta ya, por ejemplo, con doce años de libre comercio con Norteamérica (TLCAN) en donde los resultados obtenidos pueden observarse con diferentes ángulos. Habrá quien diga la importancia que ha tenido éste para nuestro crecimiento económico; quienes pongan en tela de juicio si ese crecimiento es real y ha sido generado verdaderamente por el incremento de comercio de nuestro país por sus propios cueros o por sinergias generadas en la economía internacional; y quienes digan si tal vez hubiera sido mejor quedarse como estábamos puesto que análisis comparativos de ambos modelos –Witcker 2004- dan como ganador al modelo anterior.
La realidad es que nuestro país esta plenamente inmerso en el modelo neoliberal con acuerdos comerciales firmados con 44 naciones. Donde la desigualdad económica y social de nuestra población no permiten decir que nuestro proceso de apertura comercial ha sido del todo positivo, es decir, no hemos hecho llegar los beneficios del comercio internacional al grueso de la población; pareciera que solo hemos puesto un mercado a merced de los productos y servicios extranjeros, y en determinado momento un puñado de mano de obra barata que ya tampoco es atractiva para las trasnacionales.
Dada la importancia que la competitividad juega en este terreno tan desigual de competencia; en donde países asiáticos y en particular a partir de la incorporación de China a la OMC, nuestro país ha experimentado una constante perdida de su atractivo -es mas, es el único país latinoamericano que efectivamente reciente el efecto Chino en el comercio internacional-; los países latinoamericanos -Brasil, Chile, etc.- se han visto beneficiados de la apertura comercial China pues estos países exportan importantes cantidades de materias primas al país oriental, en consecuencia, el efecto para ellos ha sido positivo. Nosotros hemos experimentado el efecto contrario, la reubicación de plantas maquiladoras que han dejado territorio mexicano para localizarse en aquellos países donde existan mejores condiciones para el incremento de su competitividad en el mercado global a mermado la capacidad exportadora de nuestra economía. Hoy en día, no podemos ya ofrecer mano de obra barata a la cadena de valor del proceso globalizador, ya que países como India o China pueden ofrecerla con cantidad y calidad que supera nuestra oferta; tampoco somos todavía capaces de ofrecer mano de obra calificada puesto que carecemos de ella. Luego entonces, si no somos capaces de ofrecer mano de obra barata o calificada, ¿qué es entonces lo que ofrecemos al mercado internacional?, o dicho de otra manera, ¿son los beneficios de la globalización los que deberíamos de estar recibiendo?. Lo que es verdad es que los beneficios del intercambio internacional que nuestro país obtiene se quedan solo en ciertas esferas sociales, o como también se diría, no toda la población se encuentra en el freeway del comercio internacional.
El objetivo de escribir estas líneas es comprender y contextualizar la importancia que tiene la competitividad como punto medular en la búsqueda de crecimiento económico, y esa competitividad solo nos ayudará si somos capaces de visualizar al mercado nacional como cimiento sólido participante de un proceso llamado globalización, es decir, el mercado nacional toma relevancia para el comercio internacional en el momento en que observamos a éste efectivamente como un mercado.
De la mano, los estudiantes necesitan dominar –primero- el entorno que los rodea en el afán de poder comprender el desarrollo de un mercado globalizado, -es difícil poder comprender por ejemplo, como el estudiante de negocios internacionales pueda resolver asuntos de precios internacionales de sus productos, si no es capaz de dominar problemáticas de precios domésticos-, y a la vez, solucionar de manera creativa problemáticas cotidianas que se presentan en la empresa inmersa en este mercado.
Resaltar la importancia del mercado local y de la competitividad en estudiantes con formaciones tales como, negocios internacionales, comercio internacional, administración de empresas, mercadotecnia etc., es afán de este artículo en aras de su contemplación optativa en los programas educacionales de nuestra universidad.
Espero haber despertado la inquietud suficiente en éste tan trascendental tema que de pauta a una enriquecida formación académica que conlleve el mejoramiento de competencias de nuestros chicos. Saludos.
Autor: Mtro. Jair C. Xilotl Sánchez
Comentarios: jairxs@yahoo.com.mx
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